Prólogo

Prólogo

Remontarse por las páginas de este libro implica

viajar en diferentes tiempos y lugares. Hábilmente

Ramón López nos lleva hasta un punto

retrospectivo en donde las manecillas del reloj se

moverán en sentido inverso y todos los lectores en

edad madura encontrarán en estas líneas, en estas

frases, ese camino que ya se recorrió y que quizás

muchos lo consideran lejano.

Para ellos, esta lectura representará volver a ese

lugar que se llama adolescencia. Una vez que se

detengan justamente ahí, en tropel llegarán hasta

su memoria aquellas intensas sensaciones con las

que vivieron el día a día. Sin duda alguna, me atrevo

a decir que, claramente recordarán las andanzas

de juventud... aquel buen amigo, esa linda joven a

quien en secreto amaban, aquella camaradería con

la que vivieron los años escolares y sin poderlo evitar,

esbozarán una sonrisa sintiendo de nuevo cómo

entra en su ser aquel ímpetu ya conocido.

Por el contrario, hablando en tiempo presente,

los lectores jóvenes que tengan en sus manos esta

obra, sentirán cómo su existencia se describe con

detalle ante sus ojos al grado de sentirse identifi -

cados con los personajes. Cada situación, cada palabra

será como si ellos mismos la estuvieran protagonizando.

Ramón López se ha encargado de escribir, a

mi juicio, una novela romántica generacional, de

amena lectura en la que no puede faltar el toque

humorístico y las situaciones inesperadas. Hábilmente

descrita y con personajes bien defi nidos, el

autor se encarga de proveernos de pasajes que, chicos

y grandes, disfrutaremos por igual.

Claudia Rodríguez Bernal.