Chatea con el autor

jueves, 17 de septiembre de 2015

Acerca de mi nueva novela.

     Antier puse el punto final a mi nueva novela, aunque esto no quiere decir que ya esté terminada: faltan las revisiones y correcciones, hacer cambio de algunos nombres en los personajes y tratar de que un par de tramas sean más coherentes. Es decir, darme de topes contra la pared.

     Será un libro diferente a lo que ya he publicado, tendrá un poco de novela negra.

    Muchas veces me han cuestionado acerca de una tercera entrega de Bástian y sus amigos, y creo que en un sentido lógico esto sería lo más factible, pero en lugar de eso unas palabras diferentes lucharon por plasmarse en la hoja y en el monitor. Y la verdad es que se me hizo una pequeña obsesión ya que no podía pensar en seguir con algo más si antes no terminaba este libro. Bueno, hoy estoy más cerca de hacerlo y con mucho entusiasmo y ganas de ya verlo en forma física. Ya hay alguien muy talentoso trabajando en la portada –yo aún no he visto ningún guiño de ésta, no quiere mostrar nada hasta terminarla y eso aumenta la emoción y el misterio.

     Cuando escribí Bástian, siempre seremos amigos, lo hice con la idea de que fuera un solo tomo, una aventura que le sucedió a un grupo de chicos con su inicio y propio final... síp, lo acepto, el final es un poco dado a la imaginación del lector y más de una vez me han pedido que les diga lo que sucedió entre los protagonistas; ah, y que si yo soy Bástian; ah, y que en quién me basé para crear a los personajes, sobre todo a Jandy. Regla número mil ocho mil del novel escritor: negar todo, decir incoherencias y contratar a un séquito de ninjas para que te saquen de la entrevista en menos de un segundo. Sigo buscando a los ninjas.

     Poco después Sergio gritó por salir más, por dejar de ser un personaje de apoyo para convertirse en el protagonista de sus propias aventuras y locuras y travesuras. Y cómo no iba a ser así, si el muchacho es un poco, apenas una pizca, de galán vanidoso que no soportaba la idea de que el mundo no pudiera conocer acerca de él. Y así nació Hoy y siempre amigos, y con el segundo tomo también surgió la inevitable cuestión que hoy está tan en boga: ¿será una trilogía?

     “¡No! —contesté—. Claro que no... bueno, tal vez... bueno, a lo mejor... ok, es posible”.

     Y aquí se han venido a mi mente y corazón más inquietudes y miedos acerca de un tercer libro, porque, si he de ser congruente con los primeros escritos, entonces ¿quién sería la protagonista de un tercero? Por supuesto que la bella y tenaz Jandy. Lo cual, para mí, representa un gran reto y creo que también un gran compromiso con el personaje, con su manera de ser y de pensar, con sus temores, sueños, con lo que quiere de sí misma y lo que espera en su futuro. Y las inevitables preguntas se fueron acercando a mí siendo las causas de algunos desvelos:

     ¿Qué haría una chica sí...?

     ¿Qué diría Jandy si...?

     ¿Cómo reaccionaría ella ante una situación u otra?

     ¡Por Dios! ¡Cómo piensa una chica!

     En verdad que hay veces que una mujer te mira y, sin entender los motivos, sólo bajas la mirada y terminas por confesar tus más íntimos secretos. Y sólo te estaba preguntando si te apetecía tomar un poco de agua antes de comer la pizza. ¡Trágame mar!

     Sí, nunca pensé en que el primer libro que inició este viaje fuera una trilogía.

   Pero antes de comenzar a escribir una tercera entrega —afortunadamente ya hay ideas, aunque habrá que releer los libros para saber qué historias podrían expandirse un poco y qué otras podrían ayudar para darles un cierre—, tiene que terminar de florecer esta nueva historia más madura, más terrenal y por completo distinta.

     Aunque como dije, aún falta un poco.

   Tengo la fortuna de que las cosas van caminando bien: ya casi tengo la portada, ya conseguí al poeta que lo va a prologar, ya tengo al impresor. Lo reitero: he tenido siempre la fortuna de encontrarme con grandes personas que me han ayudado a salir adelante con mis sueños; todos ellos buenos amigos, todos grandes seres humanos. Gracias a todos ellos.

   Y por supuesto gracias a todos aquellos que han leído alguno de mis libros, que les han gustado, que me han ayudado a promoverlo recomendándolos con sus amigos. Sin ellos, sin ti, faltarían los soñadores que complementan la magia y la fantasía.


   Antier le puse punto final a mi reciente escrito, sólo falta corregirlo, pero desde antes ya venía Jandy susurrando historias entre sueños, viéndome tras la ventana de la noche con sus grandes ojos avellana y su sonrisa que me desarma y hace imposible decirle que no. Y ya me dijo cómo quiere que inicien sus travesías y me dice que en ellas quiere reír, correr, mojarse bajo la lluvia, hablar de mil locuras junto a Sergio, Javier, Arely y, por supuesto, por supuesto que sí, tomar a Bástian de las manos para volar entre las nubes no importando las tormentas. Y por las noches, mientras las estrellas susurren historias de galaxias y universos, ella me dice que le va a dar un beso, y yo me sonreí.