arqueo las cejas y la tierra se contrae,
hablo y la brisa baila,
río y un huracán se retuerce.
El Apocalipsis es una quimera,
el Ragnarok un juego de canicas.
A mi orden el sol se evapora
y la luna se encierra en su cuna.
Los hombres son mis hormigas;
mi boca los regurgita.
Hago del mundo un arlequín,
del universo mi caballo de madera.
Sin mí todo es nada y la nada mi sueño.
Pero es tarde y estoy cansado.
Pongo en la hamaca mi cuaderno.
Ramón López Morales
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