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jueves, 4 de septiembre de 2008

El séptimo día

Hoy devoro plumas y los pájaros son agua,

arqueo las cejas y la tierra se contrae,

hablo y la brisa baila,

río y un huracán se retuerce.

El Apocalipsis es una quimera,

el Ragnarok un juego de canicas.

A mi orden el sol se evapora

y la luna se encierra en su cuna.

Los hombres son mis hormigas;

mi boca los regurgita.

Hago del mundo un arlequín,

del universo mi caballo de madera.

Sin mí todo es nada y la nada mi sueño.

Pero es tarde y estoy cansado.

Pongo en la hamaca mi cuaderno.


Ramón López Morales

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